jueves, 9 de enero de 2014

Los apestados de Jaffa de A.J Gros

Napoleón y los apestados de Jaffa

Antonie-Jean Gros
Óleo sobre lienzo, 1804
532 cm x 720 cm, Louvre, París
Antonie-Jean Gros fue un pintor francés que nació el 16 de marzo de 1771 y murió el 25 de junio de 1835, durante su vida varió su forma de pintar, comenzó siendo un pintor neoclásico y acabó siendo romántico. Cuando era joven, su padre murió, en extrañas circunstancias durante la Revolución Francesa, esto le obligó a buscar dinero con la pintura, lo único que conocía. Tras el recrudecimiento en Francia de las revueltas decidió marchar a vivir a Génova y no será hasta que Napoleón llega cerca de la localidad italiana cuando comience a hacer su pintura más conocida. Antonie conoció a Napoleón gracias a un amigo común, el famoso Jacques-Louis David, quien le presentó al general Bonaparte, a éste causó una buena impresión y comenzó a trabajar para él, así nos llega este cuadro realizado en 1804 con motivo de su coronación como emperador.
El suceso que relata el cuadro es la visita a los apestados de Jaffa por parte del general durante su campaña de Egipto (1798-1801), en especial, este suceso ocurre durante el año 1799.  Los franceses habían tomado la población de Jaffa, actualmente en Israel, que en aquella época pertenecía al Imperio Otomano, enemigo de Francia. Con la toma de la población se siguió al saqueo de la misma, no obstante, algo sucedió, se dio un brote de peste bubónica entre la población civil, pero sobre todo, entre los propios hombres del ejército francés, ante esta situación, con los numerosos heridos, la flota británica impidiendo la logística necesaria desde Francia, en un país extranjero alejado de su patria y ahora con la peste, muchos soldados comenzaron a dar signos de rebeldía, a esto le puso fin Napoleón cuando acudió a los hospitales de heridos y enfermos de peste y decidió verles e incluso abrazar o tocar a alguno, con el peligro que ello conllevaba, esto inspiró a sus hombres, quienes le siguieron en el resto de la campaña fielmente.
En el caso del cuadro, aparece Napoleón en un lugar dónde se le ve con claridad, ya que se ilumina esa parte del cuadro, le acompañan generales de su estado mayor, quienes se tapan con pañuelos o hacen ademanes por convencerlo de salir de allí, sin embargo, él  toca las pústulas de uno de sus hombres, el cual quiere bajar el brazo por miedo a contagiar a su general. Napoleón parece fuera de lugar, parece un ser divino, alguien a quien no le afecta las enfermedades, una visión propagandística que buscó tanto Antonie para Napoleón, como éste, puesto que se había coronado emperador.
En lo referente a la composición, aparecen diversas figuras en varios grupos, a la izquierda, en un lugar poco iluminado, aparecen múltiples enfermos y moribundos que se tapan o están caídos en el suelo, con algunos médicos vestidos a la moda árabe. Mientras, en el otro lado, aparece el grupo del estado mayor de Napoleón, con él mismo y un grupo de apestados en diferentes posturas. La perspectiva se ha conseguido colocando arquerías por detrás de la escena principal. La arquitectura es claramente árabe, con arcos apuntados y de herraduras con dovelas alternas. Estas arquerías permiten ver un patio central, el cual seguramente pertenecería también al hospital improvisado, y al fondo se ve una colina en dónde continua la ciudad y dónde hondea la bandera de la República Francesa. Tal es el realismo con el que está dibujado el paisaje que se puede saber, por la forma del patio, las arquerías, y el minarete posterior, que se trata seguramente del patio de abluciones de alguna mezquita en Jaffa. Por otra parte, la luz entra en diagonal, desde el lado izquierdo e ilumina una parte de la escena, sobre todo a Napoleón y su acción de tocar al apestado, para resaltar la importancia de este suceso, en comparación con el resto de la escena, hay un marcado claroscuro en la obra.


No hay comentarios:

Publicar un comentario