Arte y política: El Guernica
El Guernica de Picasso, 1.937, 7m x 4m, Museo Reina Sofía, España. |
En esta ocasión trataremos el Guernica de Picasso, un cuadro de gran
importancia internacional y que ha llegado a ser un símbolo para gran parte de
la población occidental. Ante todo, intentaremos describir la situación
política del tiempo, las circunstancias que hicieron al pintor hacer esta obra
en 1.937, y la relación entre propaganda, arte y política que demuestra esta
obra.
La situación en Europa en los años 30 del siglo XX era tensa e
inestable, Europa acababa de dejar atrás los ecos de la Gran Guerra, la cual
seguía pesando en la llamada “generación perdida” de muchos países y en la
conciencia colectiva de los derrotados, sobre todo, los alemanes. Además, la
crisis de hiperinflación de los años 20 en Alemania y la crisis económica del
29 con el Crack de la Bolsa de Nueva York, no hicieron más que aumentar la
inestabilidad en esta Europa fragmentada.
La situación en Europa en estos años es
sumamente inestable, esto se debe principalmente a las consecuencias de la Gran
Guerra, por un lado, Inglaterra y Francia se habían rearmado por temor a la
represalia alemana y gastaban gran parte de su riqueza en una acelerada carrera
de armamento, el ejemplo más claro es el de la Línea Maginot francesa, una
línea fortificada de kilómetros de largo que “protegía” a Francia de un ataque
alemán, y que acabará por fracasar, como se vio en 1.940. Por otro lado,
Italia, que había estado en el bando ganador, se encontró con que no se
reconocieron sus pretensiones territoriales al finalizar la guerra, ello unido
al descontento generalizado en el país, y el crecimiento del comunismo, llevó a
gran parte de la población a apoyar a un profesor del norte de Italia, cuya
personalidad carismática unió a muchos estamentos de la población en torno a su
figura. Esta figura carismática no es otro que Mussolini, el autodenominado
Duche, al cual apoyó el mismísimo rey de Italia en su marcha a Roma en 1.922,
en la cual consiguió el poder y estableció una dictadura de corte fascista,
este hecho marcará a Adolf Hitler.
Columnata del conjunto olímpico italiano en Roma para los Juegos Olímpicos de 1.942, que nunca llegaron a celebrarse. Es de corte fascista, se ve en la linealidad de su forma y en su búsqueda del pasado glorioso de Italia.
En Alemania se sufrían las consecuencias del Tratado de Versalles, el
cual era visto como un insulto y una injusticia para Alemania, en él se
establecían enormes indemnizaciones que debía dar Alemania a Francia e
Inglaterra, además de profundas restricciones militares, esto, unido a un
intento de golpe de estado en Múnich por parte de los comunistas, y la
hiperinflación de los años 20, llevan al pueblo a un gran descontento e
inestabilidad social y política. Es en estos años, cuando un joven de enorme
carisma y retórica comienza a recibir múltiples apoyos desde la clase media y
la aristocracia bávara, es Adolf Hitler. Hitler intentará dar un golpe de
estado en Baviera para luego marchar sobre Berlín, a semejanza de Mussolini, es
el conocido Golpe del Pustch en 1.923, el cual fracasa y Hitler acaba en la
cárcel, y varios de sus colaboradores fusilados por traición. No obstante, este
hecho en vez de alejarle de sus aspiraciones no hace sino aumentar sus ansias de
poder.
Poco a poco, Hitler logra controlar el miedo de
los alemanes en su favor, unido a su extraordinaria retórica logra ganar las
elecciones de 1.933, en aquel año Hitler llevará a cabo múltiples operaciones
de limpieza de enemigos políticos a través de su nueva policía, las SS,
surgidas de las SA. Gracias a esto, Hitler logra, a través de diversas
artimañas políticas, hacerse con todos los poderes del Estado, estableciendo el
Tercer Reich. Este Tercer Reich es consentido en un principio por Francia e Inglaterra
ya que se veía como un medio para parar a los bolcheviques de Rusia, quienes
amenazaban con extender el comunismo por toda Europa, no obstante, esto les iba
a costar una guerra a franceses e ingleses. Hitler se hace con Austria, tras
promover un golpe de estado de los nazis austriacos, y con los Sudetes
checoslovacos, región muy germanizada de Checoslovaquia, además, la región de
Lorena vuelve a manos alemanas tras un referéndum, tras su gran número de
habitantes germano parlantes.
Todo
este contexto es el que da pie a la situación de Picasso, la cual podemos
entender ahora mejor, Picasso era en un principio algo apolítico y no tenía
grandes intereses en España. Desde 1.930 reside en Francia, de hecho, el inicio
de la Guerra Civil no le afecta en un principio, residía en París, y con su
fama internacional, no veía como la guerra le afectaría. No obstante, hacia
1.937 la II República, le nombra director honorífico del museo del Prado, cargo
que recibe con entusiasmo, aunque nunca lo llegará a desempeñar. Este hecho
marcará el inicio de su iniciación en la política, Picasso apoya plenamente a
la II República.
En 1.937, durante su estancia en París, sucede el bombardeo de
Guernica, la noticia recorre los periódicos de toda Europa como hemos
comentado, y Picasso lo ve en Francia. Es entonces, cuando Josep Renau,
director general de bellas artes, pide a Picasso realizar una obra que
representará a la República, en el ámbito político, en una obra de grandes
dimensiones para el salón español de la Exposición de París de ese mismo año.
Picasso decide entonces realizar el Guernica, una obra de claro corte político,
en ese lienzo de 7 m x 4m decide representar el dolor y el horror de la guerra.
Sin entrar en el plano del significado iconográfico de cada figura, sí que
podemos decir que Picasso en él representa el dolor y frustración de las
figuras de los civiles ante el ataque, cómo la libertad y la democracia de un
gobierno democrático caen ante un enemigo más poderoso y claramente decidido a
acabar con todo.
Utiliza símbolos internacionalmente conocidos para llegar a toda la
gente, debido en gran parte a que es un cartel propagandístico más que un
cuadro de museo, su fin era adornar un mural de entrada al salón de la
República en la Exposición de París, no estar en un museo, de ahí el soldado
caído con la flor, la madre llorando a su hijo muerto…pero también incluye
elementos claramente españoles, como el caballo y el toro. Es por tanto, una
obra internacional y al mismo tiempo nacional, era una obra que según el mismo
Picasso, era para el pueblo español.
El
Guernica se coloca en el lugar en que Renau había explicado estaría, allí en la
entrada del salón español produce el efecto que deseaba Picasso, la gente al
entrar se queda parada durante horas a ver las grandes figuras del enorme
lienzo que cubre toda la pared de la entrada. Tal fue el éxito, que se quiso
mantener el cuadro, y con él, Picasso recorrerá múltiples países de Occidente
en busca de fondos para la República, de esa forma el cuadro reside en
distintos lugares de París, Londres, Copenhague, Oslo y Estados Unidos. Es en
Estados Unidos dónde terminará por residir durante varios años, ya que fue
deseo de Picasso que una auténtica democracia guardara su cuadro, hasta que la
democracia volviera a España, por ello, entrega El Guernica al Museo de Arte
Moderno de Nueva York en dónde se expondrá, como símbolo de los horrores de la
guerra y de la lucha de las democracias contra los fascismos desde 1.940 hasta
1.981, año en que vuelve a España y se coloca en el Casón del Buen Retiro.
Picasso era un artista reconocido internacionalmente, sus obras eran
ampliamente conocidas en Occidente y es por esto por lo que la II República
pide su colaboración, para lograr más apoyos internacionales, Picasso por su
parte decide ayudar a la República poniendo su arte, en este caso El Guernica,
al servicio de la II República con el fin, en un primer momento, de recordar
aquella importante noticia del bombardeo de Guernica y como muestra de los
horrores de esta nueva guerra que se estaba llevando a cabo, y más tarde, con
un fin recaudatorio. Esto no es ninguna novedad, que el arte se una a la
política es una tradición, desde el Antiguo Egipto, en que el arte intentaba
apoyar al poder establecido, pasando por el arte neoclásico y su férreo control
por parte de los reyes, para establecer una misma estética y un mismo orden al
servicio del poder. Ejemplos de este arte supeditado a la política lo vemos en
los regímenes totalitarios, como el realismo soviético, la arquitectura nazi y
sus carteles publicitarios, la arquitectura franquista o la fascista de
Mussolini.
Bibliografía consultada:
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